Datos personales

Con la tecnología de Blogger.

Introducción al pensamiento
de San Agustín


Vas a comenzar a estudiar uno de los pensadores más geniales de toda la filosofía; te invito a trabajarlo conscientemente.


1. VIDA
Nacido a mediados del siglo I V en Numidia (hoy Túnez) territorio romano del Norte de Africa, Agustín vivió en el momento en que la historia atravesaba por una encrucijada enfrentada: el mundo antiguo que defendía sus últimas posiciones y la nueva civilización que trataba de imponerse. Su historia personal es una síntesis de aquella coyuntura dolorosa de la historia y de la cultura.

Hombre de extraordinaria lealtad interior, su pensamiento coincidió con su vida más que quizás ningún otro filósofo antiguo y moderno.

Dedicado en su juventud a gozar de la vida al estilo romano de su tiempo, amigo de la buena vida sin despreciar ninguna ocasión de placer, su profunda sinceridad interior lo llevó a plantearse seriamente los problemas filosóficos radicales sobre la verdad y el sentido de la vida.

Profesó, en un principio, la llamada filosofía maniqueista, que admitía dos principios uno del bien y otro del mal: pero, se dio cuenta de que el principio del mal no podía ponerse en igualdad de condiciones con el del bien, ya que el mal era negación de ser, no-ser. Abandonando esta escuela estudiará el estoicismo y el epicureismo; finalmente lo encontraremos metido de lleno en el Noplatinismo de Plotino, siempre buscando la verdad con una asombrosa sinceridad. Todo este peregrinar, lo llevará hasta las puertas del Cristianismo, al que dedicará las fuerzas de su espíritu africano.

2. INFLUENCIAS QUE TUVO EL PENSAMIENTO FILOSOFICO DE SAN
    AGUSTIN
J unto a la influencia que tuvo Agustín de la Biblia y del Cristianismo, en filosofía la influencia más fuerte fue la de Platón.

Agustín vio en la obra de Platón un soporte filosófico para la fe cristiana; la teoría del mundo de las Ideas le ayudó a explicar el mundo y el ser de Dios; la antropología de Platón la tomaría para explicar el drama del pecado, la purificación del alma y el retorno al cielo; la creación del mundo, la teoría del conocimiento, incluso la misma Etica y la Política de Platón las asumió para forjar con ellas un pensamiento filosófico cristiano, que perdudará hasta nuestros días.
También tuvo influencias del maniqueísmo,
del estoicismo y de Plotino.

3. OBRAS
La obra de Agustín es inmensa; para la filosofía podemos citar:

Las confesiones que es como una autobiografía.
El Tratado de la Santísima Trinidad donde está presentada la Antropología  
                                                      Filosófica, la Teología y la Teoría del Conocimiento.
La Ciudad de Dios que es una filosofía de la historia.

La estructura del ser:
Dios, hombre y mundo

Es claro que el ser es uno, y por tanto, debe haber entre Dios, el hombre y el mundo una estructura que tenga cierta igualdad. ¿Cuáles esa estructura fundamental?

1. LA ESTRUCTURA INTERNA DEL SER DE DIOS
Para San Agustín la existencia de Dios es muy clara, y negarla le parece "una locura
de pocas". Dios, en su estructura interna, es Uno y es Trino.

Como Uno es la esencia eterna, increada, inmutable, la perfección suma.
Como Trino es Padre, es Hijo y es Espíritu Santo.

El Padre es la Memoria o el Ser de Dios.
El Hijo es el Entendimiento o la Verdad de Dios.
El Espíritu es la Voluntad o la Bondad de Dios.

Como Uno y como Trino, Dios es Principio; es decir, es la causa eficiente de la cual proceden todos los seres, y es la causa final a la cual tienden todos los seres y en quien encuentran su plenitud y su felicidad.

2. EL EJEMPLARISMO EN DIOS
Recordemos que para Platón las Ideas eternas son los modelos o arquetipos a cuya
imagen se van formando los seres del mundo.

San Agustín coloca las Ideas eternas en la Inteligencia de Dios que es el Hijo.

De esta manera todos los seres son creados de acuerdo con los modelos eternos o arquetipos que están en la Mente de Dios. Así como todo escultor tiene en la mente el modelo de lo que va a realizar, así también, antes de crear el mundo y los seres del mundo, Dios tiene en su mente el modelo de todo lo que va a crear; y este modelo son las Ideas eternas que están en el Hijo, Inteligencia de Dios.
Dios es:
              • El ser que le da ser a todos los seres.
              • La verdad que hace verdaderos a todos los seres.
              • La bondad que hace buenos a todos los seres.


3. ANTROPOLOGIA FILOSOFICA
La estructura interna del hombre
Dios ha dejado su huella en la creación; pero, de una manera especial en el hombre.

El hombre es cuerpo y es alma; por tanto, tiene la misma estructura que cualquier ser del mundo:

"Son tres las partes de que consta el hombre: espíritu, alma y cuerpo, que por otra parte se dicen dos, porque con frecuencia el alma se denomina juntamente con el espíritu; pues aquella parte del mismo racional, de que las bestias carecen, se llama espíritu; lo principal de nosotros es el espíritu; en segundo lugar, la vida por la cual estamos unidos al cuerpo se llama alma; finalmente, el cuerpo mismo, por ser visible, es lo último de nosotros". (San Agustín. Confesiones).


Para San Agustín el hombre está conformado de cuerpo y alma; sin embargo, la parte más noble del hombre es la mente, el espíritu, que es lo propio del hombre y lo que le da identidad: "No te diferencias del bruto más que por el entendimiento; no te envanezcas de otra cosa. ¿Presumes de fuerzas? Te vencen las bestias. ¿Presumes de velocidad? Te vencen las moscas. ¿Presumes de hermosura? ¿Cuánta belleza hay en las plumas del pavo real? ¿Por qué eres entonces mejor? Por la imagen de Dios. ¿Dónde está la imagen de Dios? En la mente, en el entendimiento". (San Agustín).

4. COSMOLOGIA
 La estructura interna del mundo
Para San Agustín el mundo ha sido creado por Dios a imagen y semejanza de sus Ideas.

La estructura de los seres del mundo está con base en los dos principios: materia y forma o cuerpo y alma.

Dios creó la materia y con ella la forma o identidad con la que cada ser es él mismo y se diferencia de los otros.

Dios depositó la forma en la materia como "semilla" o germen, de la cual, con el paso del tiempo, irán saliendo los seres cuando les vaya llegando su hora. Hay así una creación simultánea y sucesiva.

De esta manera: el mundo, hecho a imagen y semejanza de Dios, es también uno, verdadero y bueno. La vida del mundo, el orden, la armonía, la belleza. . . todo es imagen de Dios.

La dinámica del alma
y el destino del hombre

Hemos visto que el hombre está constituido de cuerpo y de alma. Pero, ¿cuál es la dinámica interna del alma? ¿Cuál es el sentido de la vida del hombre?

1. SICOLOGIA
    • Las tres potencias del alma
La imagen de Dios, Uno y Trino, se explicita en el hombre en las llamadas tres potencias del alma que son la memoria, entendimiento y voluntad.

El Padre se hace presente en el hombre en la memoria.
El Hijo se hace presente en el entendimiento.
El Espíritu Santo se hace presente en la voluntad.

La memoria es el ser del hombre.
El entendimiento es el conocer del hombre.
La voluntad es el querer del hombre.

Ser, conocer y querer son solamente una vida inseparable, la vida del hombre: "Pero cuando estas cosas están en una persona, como es el hombre, alguien puede decirnos: estas tres cosas, memoria, entendimiento y amor, son mías, no suyas, y no hacen para sí, sino para mí lo que hacen, más aún, yo soy por medio de ellas.

Pues yo recuerdo por la memoria, entiendo por la inteligencia, amo por el amor. . .Lo
cual puede decirse en pocas palabras: Por todas aquellas tres cosas recuerdo yo, entiendo yo, amo yo, que no soy ni memoria, ni inteligencia, ni amor, sino que tengo estas cosas. Por tanto, puede decirse que son de una persona, que tiene esas tres cosas, pero que no es ella misma esas tres cosas". (San Agustín. Sobre la Trinidad).

    • La dinámica de las potencias del alma
Así como el alma es una, la vida del hombre es una; por tanto debe haber una dinámica integradora de las tres potencias:

"Estas tres cosas, memoria, inteligencia, voluntad, como no son tres vidas, sino una sola vida, ni tres mentes, sino una sola sustancia. (. . .) Pues me acuerdo de que tengo memoria e inteligencia y voluntad; y entiendo que entiendo, quiero y recuerdo; y quiero querer y recordar y entender; y recuerdo a la vez toda mi memoria y mi inteligencia y mi voluntad". (San Agustín. Sobre la Trinidad).

2. ETICA
    • El sentido de la vida del hombre
Hemos visto que el hombre es alma, que es memoria, entendimiento y voluntad. Agustín queda extrañado y fascinado ante la inmensidad, la belleza y la misteriosa profundidad del alma que se muestra como una presencia, como la vida; el alma es la vida, y saber el alma es saber la vida.

El hombre Agustín quiere poseerse, poseer el alma, poseer la vida. Y aquí comienza el problema y la angustia: no es capaz de poseerse, de saberse; no puede entrar en sí mismo y la vida se le escapa sin poderla detener. El hombre no puede ser lo que quiere ser, es un extraño en su propia vida.

El hombre en Agustín es voluntad de vivir, afán de vivir, deseo de inmortalidad, de libertad; pero. . . este deseo está obstaculizado y desviado hacia el vicio, la lujuria, los honores terrenos, el deseo de riqueza.

De esta manera, el alma se ha olvidado de sí misma y se ha olvidado de Dios al ponerse a amar lo temporal y pasajero; y así el alma se ha perdido, ha perdido la conciencia de lo que es y no está ni siquiera en condiciones de reconocer sus propios actos, incluso llega a justificar sus errores.

De esta manera el hombre que propone Agustín es contradicción interna, lucha: el alma huye de sí, se niega, y regresa a sí misma para afirmarse; se eleva y vuelve a caer, se tiene y se pierde.

Si el alma está perdida también el cuerpo ofrece resistencia a la vida y tiene inclinación al desorden; nunca puede ser dominado completamente; el cuerpo es problema.

Herido en su cuerpo y en su alma, el hombre no puede sanarse a sí mismo. Si el alma quiere recuperarse y sanarse, tendrá que buscar la salvación en Dios; Dios influye en la voluntad del hombre para que el hombre quiera; él quiere que yo quiera, me hace libre para que. yo pueda querer; el poder de Dios obra en mí para que yo sea dueño de mí.

El hombre ama la inmortalidad, y mientras llega a ella, la vida del hombre es lucha, desgarramiento, una renuncia decidida, una continua opción porque el hombre se siente exigido por dos poderes: Dios y el pecado, el cielo y la tierra, el cuerpo y el alma.

En esta lucha por la vida, Dios se presenta como un tú personal que dialoga abiertamente con el hombre singular y concreto, con el yo Agustín para orientarlo en el sentido de la vida.

Las clases
de conocimiento

Si el hombre está hecho de cuerpo y de alma, por una parte, y existe el mundo material creado y el mundo de Dios, es obvio que hay también dos niveles en el conocimiento: el conocimiento sensitivo y el conocimiento racional. ¿Cómo actúa cada uno? ¿Qué valor tienen?


1. EL CONOCIMIENTO SENSITIVO
Es cierto que los objetos afectan a los sentidos: los colores, la luz, afectan a la vista; los sonidos afectan al oído; los olores afectan al olfato, etc. Sin embargo, para San Agustín no son los objetos los que realizan la sensación o el conocimiento sensitivo.

Quien hace la sensación es el alma; ¿cómo? Pues con ocasión de la presencia del objeto en los órganos de los sentidos, el alma crea la imagen o representación sensible del objeto en dichos órganos.

Ejemplo: cuando abro los ojos ante un árbol y mis ojos recogen la imagen del árbol, el alma aprovecha esa presencia de la imagen para hacer en el ojo la visión o sensación visual de árbol. Jamás el alma produce sensación en ausencia del objeto.

A esta teoría se le llama ocasionalismo, porque el alma actúa con ocasión de la presencia del objeto material ante los sentidos.

Pero, observa que cada sentido recoge un dato o un aspecto del objeto. Debe haber un sentido que recoge las sensaciones provenientes de cada sentido para elaborar una sensación común. Este trabajo lo realiza el sentido común.

La sensación común pasa a la imaginación y de ésta a la memoria sensitiva donde se conservan con las otras sensaciones.

Observa:
El conocimiento sensitivo tiene cuatro pasos:

1. La conformación de la sensación propia de cada sentido: visión, audición,
    olfación, etc.
2. La formación de la sensación común.
3. La imaginación.
4. La memoria sensitiva.

El conocimiento sensitivo es común para el hombre y los animales.

2. EL CONOCIMIENTO INTELECTIVO
El conocimiento que es propio del hombre es el conocimiento racional. San Agustín
distingue dos niveles en el conocimiento racional que llama la ciencia y la sabiduría.

• A la ciencia la llama "razón inferior" y su objeto es el conocimiento del mundo de las cosas sensibles.

Este conocimiento tiene como finalidad satisfacer las necesidades prácticas de la vida humana; es decir, le permite al hombre conocer el mundo para vivir en él. La ciencia es, pues, conocimiento práctico de acción en el mundo y debe ser dirigida por la prudencia, la fortaleza y la templanza. Pero, según San Agustín, ciertamente la vida del hombre no se agota en este mundo sensible, sino que su destino es el
mundo inteligible para llegar al encuentro con Dios.

• La sabiduría es la forma superior de conocimiento; Agustín la llama "razón superior" y su objeto es el conocimiento de Dios, que es el mundo inteligible que están en la razón de Dios.

Para San Agustín tanto el conocimiento científico como el de la sabiduría es legítimo y es bueno. Todo saber es bueno y debe llevar a la liberación interior del hombre y a la consecución del bien supremo que le dé la felicidad.

Por tanto, todo conocimiento debe producir felicidad en el hombre, sin embargo, la verdadera felicidad no la da la ciencia sino la sabiduría o el conocimiento de Dios porque El es la suma verdad y el sumo bien que puede satisfacer plenamente la inquietud del hombre.

3. EL ILUMINISMO
A gustín reconoce que entre la razón humana y las verdades eternas hay mucha desproporción: la razón humana no tiene capacidad para captar las verdades eternas. Por tanto, es necesaria la intervención de Dios sobre la inteligencia del hombre; es Dios quien imprime la verdad en la mente del hombre así como se imprime una huella en el barro. Dios es la luz que ilumina a la razón para que la razón pueda entender las verdades eternas; y ésta es la causa por la que a esta dimensión del conocimiento racional se le llame, en San Agustín, iluminismo.

ES COPIA DEL TEXTO.

0 comentarios: